El cultivo de la calabaza se remonta aproximadamente al año 5000 AC en diferentes lugares de América Central, donde encuentran restos arqueológicos como en Perú y Bolivia donde pequeños grupos de pescadores-cazadores, cultivaban calabazas y utilizaban sus derivados.

Los nativos americanos secaban tiras de calabazas y las tejían para hacer esteras.. El pastel de calabaza nació cuando los colonos, cortaron la parte superior, les quitaron las semillas y las rellenaron con miel, leche y luego las cocinaron en cenizas calientes.

Algunas calabazas se secan y vacían para contener líquidos siendo uno de los símbolos actuales de los peregrinos. En el año 1800 fueron utilizadas como moneda oficial en lo que actualmente es Haití.

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La leyenda de la calabaza de Halloween es de origen irlandés. Jack, un borrachín irlandés vendió su alma al diablo por una moneda para poder beber, pero una vez tuvo que pagar su deuda , Jack le engañó y obtuvo el perdón a su deuda. Cuando Jack murió, no se le permitió entrar en el cielo, ya que no había sido bueno, pero tampoco en el infierno, ya que el diablo no podía tomar su alma. Desde entonces vaga entre ambos mundos con un repollo hueco (en algunas versiones hablan de un nabo) con una vela dentro.

El componente principal de la calabaza es el agua, alrededor del 90%, lo que, unido a su bajo contenido en hidratos de carbono y a su muy baja cantidad de grasa, hace que sea un alimento con un escaso aporte calórico y muy recomendable para todo tipo de alimentación por sus propiedades depurativas, diuréticas y digestivas.

En relación con las Vitaminas, la calabaza es rica en beta-caroteno o provitamina A con sus efectos beneficiosos en la visión y el buen funcionamiento de la piel, el sistema inmune y las mucosas además de sus magníficas propiedades anti oxidantes. También tiene buenas cantidades de vitamina C que interviene en la síntesis de colágeno, en una buena formación de huesos y dientes y en la producción de glóbulos rojos. Presenta cantidades apreciables de vitamina E, folatos y otras vitaminas del grupo B tales como la B1, B2, B3 y B6.

Los folatos participan en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico.

En cuanto a su contenido en sales minerales, la calabaza es un alimento rico en potasio que es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, además de intervenir en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.

También contiene otros minerales como fósforo y magnesio, pero en menores cantidades. El fósforo, al igual que el magnesio, juegan un papel importante en la formación de huesos y dientes, pero este último además se relaciona con el funcionamiento del intestino, nervios y músculos, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.

La calabaza presenta también pequeñas cantidades de calcio y hierro. Entre sus usos en la medicina tradicional se encuentran:

  • Estimulación de la función del páncreas ayudando a regular los niveles de azúcar en la sangre.
  • Colaboración en la eliminación de mucosidades en los pulmones, bronquios y garganta.
  • Su elevado contenido betacaroteno y alfacaroteno puede ayudar a disminuir el riesgo frente al cáncer de próstata y enfermedades cardiacas.
  • Como coadyuvante en el tratamiento de las cataratas, ya que esos pacientes suelen presentar bajos niveles de beta y alfacarotenos.
  • El zumo de calabaza es laxante y un buen desintoxicante del cuerpo.
  • Las pipas de calabaza por su contenido en ácidos grasos omega 3 y 6, ayudan a reducir el colesterol en sangre y a evitar el mal funcionamiento intestinal.

En la Consulta de Nutrición te contamos las propiedades de los diferentes alimentos para tu salud.