El verano lo tenemos a la vuelta de la esquina, y es la época en la que van a empezar a vendernos las dietas milagro.

Sus características son que siempre suelen prometer una pérdida de peso rapidísima con resultados mágicos. Suelen recomendar el consumo de preparados nutricionales que tienen un coste económico alto. Tienen un listado de alimentos buenos y alimentos malos. Suelen restringir grupos de alimentos como por ejemplo los hidratos de carbono, las grasas, y suelen tener un aporte energético muy bajo.

Suelen ser una dieta que es igual para todo el mundo, es decir, lo mismo vale pare un hombre como para una mujer independientemente del peso y de su condición física.

Suelen incluir testimonios de personas a las que les ha ido fenomenal y que han perdido peso de forma muy rápida.

Debemos huir de este tipo de dietas porque no sabemos si están adaptadas a nuestra situación fisiológica actual y ese déficit energético puede tener una consecuencia muy negativa en el efecto rebote posterior y que cojamos aún más peso, provocando que en el futuro tengamos aún más dificultades para perderlo y tener consecuencias en nuestra salud.