Nuestra alimentación a día de hoy la conocemos gracias a la incorporación de nuevos alimentos y sabores que los españoles trajeron en la conquista de América.

LOS FRIJOLES O JUDÍAS

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Los españoles trajeron a Europa hacia 1528 los frijoles o judías, y de ahí se extendió a Asia y África.

Las variedades de judías son múltiples ya que se han ido adaptando a los distintos climas.

Los frijoles o judías, antiguamente eran la principal fuente de proteína de la dieta mexicana ya que carecían de animales domesticados aptos para su consumo posterior.

Además, se convirtieron en buen alimento para las personas más necesitadas ya que llenaban el estómago por poco dinero.

EL TOMATE

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Antiguamente, en la época precolombina, los tomates se consideraban "malas hierbas", en los campos de maíz.

Cuando los españoles aterrizaron en América, ya se consumían diferentes variedades de tomates: tomate rojo o jitomate; tomate verde o tomate; y, por último, tomate amarillo.

El tomate fue un alimento traído por soldados y monjes en el s. XVI. En España llegó inicialmente a Andalucía y pronto se incorporó a la dieta habitual.

Gracias a la exportación de estos alimentos, maíz, frijoles, chile …, se produjo la combinación de cocinas de dos mundos: en las casas españolas se tomaba maíz, chile, frijoles… y, por otro lado, en los mercados mexicanos se vendía cerdo, vacuno…

Esta fusión culinaria se produjo en gran medida gracias a los criollos.