Con motivo del sobrediagnóstico de casos de SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado), el Dr. Gonzalo Gómez, jefe de Servicio del Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud San José, aporta información para un mejor conocimiento de esta patología.

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Según informa el Dr. Gómez, el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, conocido como SIBO por sus siglas en inglés, se produce cuando hay un aumento anormal de la población bacteriana en el intestino delgado, en particular de los tipos de bacterias que no se encuentran comúnmente en esa parte del tubo digestivo.

Entre los principales síntomas del SIBO, destacan las molestias o dolores abdominales, la distensión abdominal, la presencia de flatulencias, diarrea o estreñimiento o incluso la malabsorción de algunos nutrientes, unos síntomas que fácilmente pueden confundirse con otras patologías gastrointestinales de perfil funcional.

En cuanto a los factores de riesgo, continúa el Dr. Gómez, los más habituales son determinados medicamentos, alteraciones anatómicas o de la motilidad intestinal, enfermedades sistémicas o alteraciones del sistema inmune. Existiendo además una relación con otras patologías funcionales como la dispepsia o el Síndrome de Intestino Irritable.

En la actualidad, advierte el jefe de Servicio del Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud San José, uno de los principales problemas a los que se enfrenta esta patología se debe a que se ha vuelto excesivamente transcendente en las redes sociales debido a su similitud con otras patologías, provocando que usuarios de estas redes tiendan a realizar sus propios diagnósticos, algo que dificulta la labor de los profesionales del aparato digestivo.

Para el diagnóstico del SIBO, se realiza un test que utiliza soluciones de lactulosa o de glucosa para detectar la presencia de metano y de hidrógeno en el aire exhalado por el paciente. Las bacterias que están en sobrecrecimiento generan estos gases al metabolizar los carbohidratos ingeridos en la dieta, si bien la precisión de estos estudios puede presentar falsos positivos y negativos y debe ser interpretada en un contexto clínico adecuado.

Por último, el Dr. Gómez recuerda que el tratamiento para el SIBO consiste en el uso de antibióticos, siendo uno de los más usados la Rifaximina y, en los casos en los que se detecta una causa subyacente la corrección de la misma. Como alternativa existen dietas bajas en alimentos fermentables, la dieta baja en FODMAP (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables) que puede ayudar a mitigar los síntomas.

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